Las rejillas de protección están fabricadas con perfiles metálicos, lo que permite su diseño modular. También disponen de puertas con suspensiones a prueba de manipulaciones. Pueden instalarse como unidades fijas o móviles. Sus variantes pueden ser montadas y desmontadas por una sola persona. Las anchuras de malla pueden variar. Un tamaño común es de 20 x 100 mm con un grosor de alambre de 3,0 mm. El acabado estándar debe ser negro intenso, pero a menudo se utilizan otros colores.
Nuestro color estándar es el negro intenso RAL 9005, recomendado en la Directiva sobre máquinas.
En nuestro programa también tenemos elementos con y sin marco.
Un ejemplo práctico sería la rejilla protectora que rodea una turbina en una central eléctrica.
Esta gira a 3.000 rpm durante el funcionamiento normal, lo que provoca fuerzas muy elevadas. Sin embargo, el peligro es menor durante el funcionamiento normal que durante la puesta en marcha tras una revisión general (o durante la puesta en servicio inicial), es decir, cuando circula a las velocidades críticas (varios rangos por debajo de las 3.000 rpm). Es cierto que la turbina tiene una carcasa fija a la que nadie puede acceder y que también está diseñada para evitar que los álabes de la turbina salgan despedidos. Sin embargo, si la turbina no pasa por un rango de velocidades críticas lo suficientemente rápido al arrancar, se produce un desequilibrio que puede hacer que un álabe o una rueda de la turbina se suelten y la pieza salga despedida con una fuerza que ni siquiera la carcasa podría soportar. En este caso, la siguiente barrera sería la protección de la máquina o un sistema de protección adecuado.