Desde simples vallas de protección hasta complejos sistemas de protección Los cerramientos de protección son sistemas especiales de paredes divisorias, cubiertas o cabinas que encierran de forma segura máquinas e instalaciones, o incluso sólo partes de instalaciones relevantes para la seguridad, con el fin de minimizar el peligro que puedan suponer.
Incluso una máquina en reposo alberga peligros, por ejemplo debido a bordes afilados, superficies rugosas o aberturas. Las máquinas en movimiento son más peligrosas si cabe esperar que se levanten polvos, salten chispas o se arremolinen virutas.
Los recintos de protección especialmente adaptados al lugar y que separan sistemáticamente a las personas de las máquinas pueden reducir al mínimo los peligros que éstas entrañan. Por lo tanto, deben utilizarse siempre que las máquinas y los sistemas supongan un riesgo para los empleados, pero también cuando sea necesario proteger las máquinas de la intervención humana o de piezas voladoras.
El acceso a las máquinas puede garantizarse mediante puertas especiales equipadas con un dispositivo de seguridad que, por ejemplo, desconecte la máquina en caso necesario. Puede tratarse de vallas de seguridad vigiladas eléctricamente o de vallas de seguridad con barreras luminosas. Los cerramientos de seguridad pueden adaptarse con gran flexibilidad a los requisitos respectivos de la operación.
Para algunos sistemas, basta con una simple protección de
la máquina, mientras que otros requieren un sistema complejo que incluya la "protección del guerrero". Una protección de guerrero es una construcción formada por rejillas y un fuelle. Para las máquinas-herramienta, por ejemplo, existen los llamados recintos de protección "a prueba de balas", que aíslan completamente la máquina del mundo exterior y garantizan así una producción segura y sin perturbaciones. En función de las necesidades, se puede acceder a la máquina a través de persianas correderas, plegables, elevables o enrollables.